El Real Madrid sufrió ayer una inesperada derrota en Alemania ante el Wolfsfurgo (2-0) en la ida de los cuartos de final de Champions. El equipo blanco salió al terreno de juego con un claro dominio y control de la pelota, en el que dispuso de alguna ocasión clara para poder encarrilar la eliminatoria, pero ahí acabo todo. A continuación os detallamos las claves de la derrota madridista.
- Confianza respecto a la calidad del rival. El equipo blanco salió con la convicción de poder lograr la victoria o al menos marcar un gol con el mínimo esfuerzo posible. La entidad del rival hacía prever que el encuentro no tendría mucha dificultad y que la victoria llegaría por simple inercia.
- Mente puesta en el Santiago Bernabéu. Un partido de vuelta con tu afición y en el estadio blanco hace reservarte bastante, confiando en que todo se solucionará en tu estadio. Varias declaraciones al término del partido de algunos jugadores, hacen pensar que ya tenían puesta de antemano la vista en el encuentro del Bernabéu, no dando la importancia que merece al partido de ida.
- Juego estático. El Real Madrid no tuvo una gran verticalidad en sus acciones de ataque. Jugadores como Bale o Cristiano no tuvieron la oportunidad para desbordar durante el encuentro y el centro del campo merengue sólo pasaba el balón en zonas sin peligro para el Wolfsburgo, por lo que el efecto sorpresa no se reflejaba por ningún lado. La entrada de Isco le dio un toque y cierta chispa, que se notó en los últimos minutos.
- Debilidad defensiva. El Wolfsburgo es un equipo que se caracteriza por su rapidez a la contra y ahí el Madrid no estuvo atento en las internadas rivales. Jugadores como Schürrle hicieron mucho daño al contraataque y el equipo blanco no estuvo atento para cubrir los espacios que se dejaban atrás. La contundencia y colocación fue el principal motivo del segundo gol alemán y de las varias ocasiones peligrosas que crearon los alemanes.